Gerardo Reynoso

En el deporte, el equilibrio es una pieza angular para no solo desarrollar, crecer y mejorar un proyecto.

Si existe equilibrio se puede lograr en lapsos de tiempo, resultados que logren mantener o ampliar historias.

Sin embargo, en el caso de los Tigres de “Quintana Roo”, la palabra ni siquiera es tomada en cuenta.

Por lo contrario, se prefiere arrastrar la historia y verla como negocio, en vez de establecer un nuevo legado.

Aunque muchas voces insisten en justificar este modelo de administración de juego – para quedar bien únicamente – la realidad es que el tiempo ya ha alcanzado a los Tigres y con ello la llegada de una debacle que, amenaza ser sin precedentes.

No se trata de criticar por criticar. Tampoco el justificar con la frase “Estoy es lo que hay, hace años que los tigres no son lo que deben ser”. O sostener que no pasa nada y que, todo va a mejorar.

Esto último es una gran farsa. Por supuesto que los resultados pueden mejorar (aunque hoy la verdad no se vea por donde), sin embargo, la imagen de debacle y desastre ahí está. Es palpable no puede ocultarse entre palabras falaces de justificación sin sentido.

Y para ejemplificar esa farsa, algunos datos que no dejan duda de que la debacle de la historia de la garra felina ha llegado.

Qué sabemos

De entrada, hay que dar a conocer que los dueños de Tigres de Quintana Roo reciben 15 millones de pesos de apoyo gubernamental temporada tras temporada.

Está cantidad si bien no es la que se tenía hace 9 años, tampoco es menor y mucho menos insuficiente.

El recurso se debe de utilizar, técnicamente, para operación y pago de jugadores. En los últimos cinco años la familia Valenzuela decidió invertir únicamente el 23 por ciento de esa cantidad en estos dos factores.

El resto del dinero va a situaciones personales. Y a eso se le suman patrocinios que rondan en los dos millones de pesos por temporada como mínimo.

El recurso no es para los Tigres, es para los Valenzuela.

Así de simple

Por ello es que no importa el manager que este al frente. El equipo que se conforma va más en el sentido de lo que “ven”, “sienten” y “valoran”, tanto Ricardo como Fernando Jr. Valenzuela.

Por ellos pasa el conformar el róster de “acorde” a lo que quieren gastar temporada tras temporada
La falta de inversión ni siquiera puede negarse. Se ve noche a noche en el terreno juego.

Sin demeritar y mucho menos juzgar a los jugadores – porque ellos intentan aprovechar la oportunidad de jugar – se nota de inmediato que no son realmente la tradición de la garra felina.

Porque la elección de jugadores es uno de los principales factores de la debacle.

Todo esto tiene origen en Ricardo Valenzuela, quien no solo ve la parte de “contratación” de peloteros, sino que además ejerce una gran injerencia en lo que se presenta noche a noche dentro del terreno de juego.

El problema es que Ricardo Valenzuela no es manager. Tampoco experto en bateo o pitcheo. Sin embargo, se coloca en el dogout como si lo fuera. Y esto ha causado molestia entre el cuerpo técnico de Carlos Gastelum.

Dentro de esta publicación anexamos fotografía y video para confirmar lo que no se dice y no se quiere ver: la injerencia sin sentido de un directivo, lo cual solo pasa en los Tigres y no en otros equipos de la Liga Mexicana de béisbol.

Para establecer que no se tiene conocimiento de béisbol, en el 2022 los hermanos Valenzuela vendieron los derechos de Roberto Ramos, a los Diablos Rojos, sin reparar en que los Tigres necesitaban un bateador de poder.

Los números de Ramos dejan en claro su potencial y valía. Pero para Ricardo Valenzuela no era necesario pagar a ningún jugador estrella, con hechuras de convertirse en ídolo. Su venta fue por un tema de no pagar y “ahorrarse” dinero.

Empero, el “ahorro” solo llegó para los bolsillos de los actuales dueños. Temporada tras temporada el promedio de cambio de peloteros es de más de 15, lo cual comprueba que no hay visoreo, conocimiento y mucho menos captación de talento.

Ninguno de ellos ha dado el ancho para Liga mexicana. De los 30 peloteros y 21 pitchers, no encuentras a alguien rescatable.

La cifra pone número a la debacle también.

Por eso, cuando el ego puede más que la razón y el conocimiento, la debacle llega sin hacer antesala y tan rápido como una recta de 91 millas, que poncha sin miramientos.

Bemoles

Calor… Es lo que busca Fernando Héctor Duró, head coach del equipo quintanarroense que participará esta temporada en la LNBP. Por lo pronto la pretemporada ya tiene fecha de inicio y será el 15 de junio. Probablemente las dos primeras semanas entrenen en el Kuchil Baxal. Y la directiva busca hacerse de los servicios del veterano base armador Paul Stoll.

Perspectiva… es la que ha fijado la Comisión del deporte en Quintana Roo a cabo de Jacobo Arzate, para lograr más de 60 medallas de oro en los juegos nacionales CONADE 2024. La cifra es ambiciosa y forma parte del proyecto deportivo quintanarroense que ha ido al alza a pesar de que a la dependencia la dejaron hecha pomada y sin recursos desde la administración estatal anterior.

Lost… In you es tal vez la mejor canción de la cantautora LP, quien escribió la melodía a raíz de una ruptura amorosa con su novia de toda la vida. El sentimiento se plasma en la letra. El dolor suena perfecto en la versión original. Sin embargo, la versión salsa mueve el alma e invita a moverse al ritmo de una de las mejores canciones de este tiempo.

Un comentario en «INTERFACE: La debacle de una historia llamada Tigres»
  1. Excelente, crónica, ojalá, hubiera forma de alzar la voz, para manifestar, nuestra inconformidad, para que los Valenzuelas,de un paso al costado, y el equipo Tigres, pase a manos, de personas, que realmente quieran devolverle la grandeza, a nuestro querido. Tigres.

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